SOPETRAN 400 AÑOS.
“Sopetrán de mis amores, Primorosa tierra mía”. Ante el
acontecimiento historio que nos rodea, con la convicción de de valorar la memoria histórica que tenemos, reconocernos como Sopetraneros, nos obliga a
dedicar una unas palabras a la memoria de hombres y mujeres que han hecho de
nuestra tierra, el verdadero orgullo de nuestra raza.
Deseo expresar, a través de este escrito una abrazo caluroso de felicitación
a todos los Sopetraneros, grandes, adultos pequeños, todos los vivos que hoy
disfrutamos de un legado sin precedentes, y que por el mismo, se merece todo el
reconocimiento, así mismo a los
personajes que hicieron parte de nuestra descendencia, y de quienes conservamos
en la sangre la alegría, la pujanza y orgullo de crecer en la tierra de las
Frutas, “primorosa tierra mia.”
Nuestra descendencia de indios Nutabes y Tahamies en 1.616, La
colonización por parte de los españoles en el
1.700, los primeros pobladores y asentamientos de aborígenes y hombres libres,
blancos, mulatos y mestizos en 1.716, resguardos de San Nicolás, Corregimiento
de Córdoba, saladito de Córdoba en 1.920, Virgen de Sopetrán a la entrada del
atrio parroquial en 1970, retablo de la Virgen Morena de Sopetrán en 1615, parroquia de Sopetrán, san
Nicolás y de córdoba, pesca, minería, cultivo de maíz, cacao, frutas y flores,
tinajas de barro, cayanas, y esteras, Banco de Sopetrán en 1882, billete de 5
pesos de 1896, planta de energía en 1913, personajes ilustres como José María Villa 1886,
Puente de Occidente1940, Francisco Medina Pérez en 1942, Luciano Carvalho,
Carlos Mazo, Alfonso Góez González, pila de Sopetrán 1950, palacio municipal de
1926, teatro de 1926, casa campesina de
1905, los guayacanes de 1970, los carros escaleras del años 70y 80, las rutas y
caminos reales de san Nicolás, la Puerta, el Rodeo, Córdoba, y Horizontes
Sopetrán, rio cauca, banda de guerra del
instituto José María Villa en 1960, guerra entre los partidos políticos
tradicionales liberales y conservadores.1950, y mil cosas más que hacen parte
de la existencia de nuestro Municipio.
Por lo anterior, deseo dedicar mi mensaje a un hombre que se consolida
como el personaje más importante en los 400 años de existencia. Se trata del
Ilustre Violinista de los Puentes Colgantes José María Villa, quien con su puente de Occidente, inmortalizo
la historia de nuestro territorio y en materia de ingeniería de Colombia entera.
José María Villa, aprendió las primeras letras en Horizontes,
corregimiento de Sopetrán, tierra que lo vio nacer en el año de 1850, en la
finca la Siberia, bajo las enseñanzas
del maestro Juan Nepomuceno Villa, quien además le sembró en su corazón el amor
por las ciencias. Fue allí en una casona de tapias y tejas de barro anclada en
lo más alto de una montaña, desde donde podía apreciar la cordillera que
desfilaba más allá del valle, que él empezó a soñar con dominar el agreste
relieve antioqueño y el tormentoso caudal del rio cauca. En busca de hacer
realidad aquellos sueños adolecentes.
Villa Ingresó a la Escuela de Artes y Oficios de Medellín y
después a la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Antioquia. La guerra civil de1876 obligó al cierre de la Universidad.
Ante la imposibilidad de continuar sus estudios en Colombia y gracias al apoyo
de Pedro Justo Berrío, gobernador de Antioquia, viajó a Estados Unidos y se
matriculó en el Instituto Stevens, en Hoboken, Nueva Jersey. La continuación de
la guerra obligó a suspender la ayuda que el Estado le enviaba, cuando apenas
iba en la mitad de la carrera de ingeniería. Entonces recurrió a una propuesta
brillante y atrevida: solicitó a la institución que le permitiera presentar los
exámenes de las materias correspondientes a los dos años que le faltaban.
Contra toda lógica, la universidad le aceptó el reto y, contra todo pronóstico,
aprobó todas las pruebas y obtuvo el título. Fruto de la inteligencia y la
tenacidad. Su tesis de grado, sobre la
Mecánica del calor, fue laureada. Rápidamente fue reconocido en el exigente
medio estadounidense como un gran talento científico y práctico en matemáticas
e ingeniería. Tomás Alva Edison,
el gran físico e inventor, lo conoció, lo apreció y repetidamente lo invitó a
trabajar con él.
José María Villa Villa se vinculó como ingeniero en la
construcción del puente colgante de Brooklyn, en Nueva York. Allí no sólo
aprendió la teoría y la práctica de estas obras monumentales, que aplicaría más
tarde en Antioquia.
Regresó al país en año de 1.879, dedicándose a sus trabajos de
ingeniero. El doctor villa fue un destacado profesor en la Escuela Nacional de
Minas de Medellín, construyó varios puentes colgantes entre los cuales
sobresale el de Occidente, inaugurado el 27 de Diciembre de 1.895, considerado
en 1.912 como el séptimo puente colgante del mundo, asimismo, es autor de los
puentes de Pescadero, Puente Iglesias de Jericó y el de Girardot, este último
sobre el río Magdalena y los anteriores sobre el cauca.. Todavía puede
apreciarse el nombre de José María Villa inscrito en una placa conmemorativa.
Anécdotas de Villa: Inauguración del puente, El Gobierno Departamental
fijó el 27 de Diciembre para llevar a cabo la recepción e inauguración de la
gigantesca obra, con una programación especial festiva. Colombia entera estaba totalmente informada
por la prensa y otros medios de comunicación esperaban con ansiedad y
satisfacción orgullosa el próximo acaecimiento, un colombiano en Colombia ha
construido el primer Puente colgante de Suramérica, tercero en el mundo en esa
época, a razón pues, todos dieron cita ese mismo día, lugar donde tendrían
cumplimiento las especiales ceremonias.
Allí, concurrieron, gobernadores, alcaldes, el
señor obispo y miles de curiosos y espectadores que deseaban evidenciar la culminación
de la gran obra; La emoción era general,
la alegría del uno se contagiaba al otro. De pronto, cesó la música y se
callaron las voces. Hubo un momento en expectación. Villa iba a probar la
resistencia de la obra. Instante pero difícil para él, Cuatrocientas reses que
ya estaban listas en atropellado tumulto penetraron al puente y allí
permanecieron por espacio de diez o quince minutos, pateando y bramando, sin
que se resistiera en lo más mínimo, la exacta simetría de sus líneas. Luego
fueron retiradas en medio de atronadores aplausos y cordiales vivas al viejo y sencillo genial, que en esa
mañana, para su vida histórica, lucía su habitual indumentaria, y a cada viva
José María Villa, contestaba ya a medio palo, con énfasis y gracia que beba
Villa.
Apreciados amigos, hechos históricos que dejaran de ser importantes como
la cantidad de apuntes sobre sus aciertos matemáticos y sus desaciertos cómicos
y típicos del paisa alegre y bebedor. Un
personaje del cual solo resta sentirse orgulloso, y evidenciar con desdeño la
falta de voluntad política para hacer un homenaje digno de sus hechos, una casa
museo en Horizontes su lugar de nacimiento, un busto que inmortalice su nombre,
una cátedra pedagógica en las instituciones educativas para evidenciar sus
conocimientos matemáticos o su picardía paisa, tantas cosas que los gobernantes
han ignorado, pero que en estos 400 años se convierten en un elemento
fundamental para valorar, reconocer y manifestar, que nos sentimos orgullosos
de ser Sopetraneros.
Feliz cumpleaños Sopetrán de mis amores.
Hechos y datos tomados de la memoria histórica Calle del Caño, Libro de
Pilar Lozano, y Wikipedia.